Belleza, delgadez, juventud…son algunas características que hoy en día son objeto de deseo para la mayoría de las personas. Se trata de aspectos que están asociados a la imagen corporal de la persona y que en la actualidad se relacionan con éxito y felicidad.
Ahora la delgadez es moda, igual que en otras épocas era tener caderas anchas (cintura de avispa). El problema surge cuando se plantea la moda como algo accesible para cualquier persona, es decir, que, independientemente de las características de nuestro cuerpo todas y todos podemos llegar a ser como las modelos que aparecen. Tenemos la idea de que el cuerpo es maleable, que lo podemos modificar en función de las modas y nada más lejos de la realidad.
Los medios de comunicación, la publicidad, y la moda han dejado de escuchar la opinión de la mayoría y se han centrado en las necesidades ideales de una minoría. De esta manera, ha creado en la población una “necesidad” respecto al cuerpo que no se corresponde con la realidad. No es necesario ser alto, joven y delgado para ser feliz. Ha llegado a un punto en el que las niñas quieren ser señoras y las señoras niñas.
Es tal presión ejercitada por los medios de comunicación y la sociedad que identifica la delgadez con éxito y belleza, que, en ocasiones lleva entre otras cosas a la aparición de diversos trastornos alimenticios. La aparición de estos trastornos, se debe principalmente a la necesidad que sienten de ser aceptados socialmente y de no sentirse rechazados.
Resulta imprescindible tanto crear una conciencia critica sobre estos valores, que nos sumergen en un mundo de sacrificio y insatisfacciones constantes, una capacidad de critica que debe comenzar desde que somos niños y continuar a lo largo de la vida. Solo de esta manera se logrará crecer como persona, desarrollando un criterio propio y aprendiendo a querernos y a aceptarnos tal y como somos. Ésta si es la manera de ser un poquito más felices.
